CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

miércoles, 6 de junio de 2012

ALFONSO ZAPATER. EL ETERNO APRENDIZ (VIII): COSTISTA HASTA LA MÉDULA


En 1975, Alfonso Zapater, gracias a las facilidades que le concedieron los familiares de Joaquín Costa, pudo estudiar y analizar los documentos que se conservaban en las estanterías de su despacho de Graus, más de doscientos ochenta y tres legajos y carpetas. Asombra la capacidad de trabajo del intelectual grausino, pero también la de Alfonso Zapater, quien en dos semanas de estudio intenso escribe los más de doscientos folios de su primer libro sobre Costa, titulado Desde este Sinaí (Costa, en su despacho de Graus), en el que se resume el contenido –el pensamiento- de todo este material acumulado en el despacho del regeneracionista aragonés. Se trata de un ensayo fundamental en su producción, pues con él se inicia una constante en la misma que no habría de abandonarle ya nunca: su costismo militante, que no es sino una concreción intelectual del amor y el interés que el albalatino siempre tuvo por Aragón. Zapater trae al presente a Costa, lo hace vivir de nuevo y mediante un diálogo con él recupera lo fundamental de su pensamiento y de su personalidad: el trueno de su voz, su misantropía, la irritación que le causa su enfermedad, la desesperación por la secular sordera de Aragón y de España ante sus reflexiones, la justa ira por las razones desatendidas, desoídas y marginadas, etc. El despacho de Graus es un hervidero de ideas, opiniones y consejos. No existe una especialización concreta o una preferencia sobre determinados temas. Al polígrafo aragonés le preocupaba todo lo que afectara a España  y por ende a Aragón-, nacional e internacionalmente. Hay sed de justicia y hambre de libertad. Le interesa, en especial, “hacer libre al pueblo español, que no lo es a pesar de sus leyes aparentemente democráticas”; elevar la cultura, es decir, modificar la manera como se distribuye el presupuesto a favor de la educación, y establecer o crear una disciplina social que a todos obligue y a todos alcance”.  De alguna forma, Desde este Sinaí  encierra una obra de teatro centrada en el pensamiento de Costa, pero demasiado discursiva y densa.
Esta pieza teatral que anticipaba su ensayo anterior la va a escribir en 1978, Resurrección y vida de Joaquín Costa. Ideario dramático en dos partes (Zaragoza, Guara Editorial, 1979). A este respecto, Zapater señalaba en la introducción que su intención había sido la de llevar a Joaquín Costa  al teatro, aun siendo sabedor de que “es empresa arriesgada y mucho más si se pretende realizar teatralmente, de acuerdo con las exigencias del género. Hay tres vicios o defectos en los que, a primera vista, se puede caer fácilmente: el abuso del monólogo, el diálogo excesivamente discursivo y la sucesión de estampas sin la necesaria coherencia en la acción. De estos tres vicios o defectos, casi obligados en este caso —máxime conociendo la personalidad de Costa—, he intentado huir para dar al hecho teatral toda su fuerza apoyándome en personajes reales, de carne y hueso, como reales son también —fueron— los diálogos que se escuchan en escena”. Así pues, Zapater busca a Costa en su voluntario retiro de Graus -en su tierra, en su patria- para repasar, desde el escepticismo que le confieren los años y el lastre de su enfermedad, en conversación con sus íntimos (Manuel Bescós, “Sivio Kossti”, Carmen Viñas Costa, Ramón Auset, etc.)  su vida, sus ilusiones –desilusiones-, sus proyectos, etc. El preestreno de la obra se celebró en Graus, el jueves 8 de febrero de 1979, con motivo del LXVIII aniversario de la muerte de Joaquín Costa, y el estreno oficial en el Teatro Principal de Zaragoza, el día 15 del mismo mes, a cargo del Grupo de Teatro Independiente La Taguara, bajo la dirección de Pilar Delgado.
La pasión de Alfonso Zapater por Joaquín Costa le lleva a fabular sobre los aspectos más personales, íntimos, del personaje. Así, partiendo de un imaginario manuscrito -unas memorias apócrifas como reza el título, que en el fondo no son sino los documentos que Zapater consultó para escribir Desde este Sinaí- que ni los más tenaces investigadores han descubierto, y de un enigmático personaje que se considera la reencarnación de Joaquín Costa en el presente, Alfonso Zapater repasa la vida y la obra del regeneracionista aragonés en la novela titulada, El regreso de Moisés. Memorias apócrifas de Joaquín Costa, (Zaragoza, Mira Editores, 1996), pero centrándose de manera muy especial en aquellos aspectos que inciden en su vida sentimental, contribuyendo a potenciar la semblanza humana del montisonense-grausino, la cual para la mayor parte de sus estudiosos pasa desapercibida, y todo ello desde la convicción de que en esta vida, antes que genio no hay otra cosa tan difícil como llegar a ser hombre, de hecho, en su semblanza de Joaquín Costa si algo resalta por encima incluso de su pensamiento es su fisicidad, su necesidad de amor, de sexo, de que le quisieran como persona.
Como colofón, Alfonso Zapater escribirá también una biografía del montisonense en el año 2005, Joaquín Costa (Zaragoza, Delsán Libros, 2005), en la que aporta datos y recuerda anécdotas poco conocidas tanto del personaje público, como del privado, el que tuvo una hija secreta y se resistió durante mucho tiempo a reconocerla como suya. La presencia de Costa y de su pensamiento no se agota única y exclusivamente en la escritura de las obras reseñadas, sino que se manifiesta también, de una u otra forma como constante influencia, en toda la producción escrita del periodista.

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