CASABLANCA

CASABLANCA
FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

miércoles, 17 de octubre de 2012

SEGUNDO DE CHOMÓN. PIONERO DEL CINE ESPAÑOL (IV)


En febrero de 1912, la Itala Film contrata a Chomón como realizador, truquista y operador en condiciones muy ventajosas. Así, se establece en Turín donde pasa sus años más felices en lo personal y más fecundos en lo profesional. De esta manera, el bagaje formativo adquirido en etapas anteriores alcanza en este momento de madurez sus mayores logros como cineasta en diferentes películas de los más variados temas: Padre, un drama con importantes efectos logrados a base de impresionantes maquetas; Tigris, en la que aparecía simultáneamente  en pantalla el mismo actor interpretando a dos personajes que interactuaban y se interpelaban; El desaparecido, donde en un audaz montaje para la época, más propio del cine científico,  y mediante un truco de Chomón se incluían imágenes del bacilo de Koch.
La gran película de este periodo es, sin duda, Cabiria (1913-1914), dirigida por “Piero Fosco”, pseudónimo de Giovanni Pastrone, y textos explicativos del poeta D’Annuncio. Se trata de una de las primeras superproducciones de la historia del cine que ejercería una notable influencia en la producción cinematográfica de Griffith. Las aportaciones de Chomón al lenguaje cinematográfico van desde la iluminación artificial con fines dramáticos, pasando por las inmejorables sobreimpresiones, la perfecta utilización de maquetas y trucos sorprendentes, hasta llegar al uso sistemático del travelling como recurso lingüístico, montando la cámara sobre un carrello diseñado para tal fin. A este respecto, Agustín Sánchez Vidal señala que “el uso del travelling en Cabiria es tan sistemático y afecta hasta tal punto la construcción visual del filme que puede hablarse, sin exagerar un ápice, de un nuevo modo de hacer cine, tan avanzado para su época que tardaría en generalizarse varias décadas. Puede afirmarse que las partes más importantes de la cinta están concebidas en planos-secuencias, articulando gracias a los movimientos de cámara nociones tan importantes como la proporción y relación de los planos, el sentido de las acciones de los personajes y bloques enteros de la progresión de la película”. En este sentido añade que “la película influyó en Griffith, Cecil B. De Mille y Ernst Lubitsch, quienes adoptaron muchos de sus recursos, como la iluminación eléctrica para crear efectos dramáticos, conocida como ‘iluminación Rembrandt’”.

CABIRIA (1914)


Pese a que La guerra y el sueño de Momi (1916) viene firmada por Pastrone, según establece Tharrats, esta tan deliciosa como cruda película de animación, parábola antibelicista perfectamente realizada, se debe a la maestría de nuestro paisano, pues él fue el diseñador de los muñecos y los decorados, de sus movimientos y sus trucos; en suma, de su impecable factura técnica.

LA GUERRA Y EL SUEÑO DE MOMI (1916)


Otras películas de este periodo son El fuego (1915), Tigre real (1916) o Mecha de oro (1916), entre otras, así como la serie dedicada a Maciste, el forzudo protagonista de Cabiria, en la que destaca Maciste en el infierno (1925).
La última colaboración de Chomón en una película importante fue en la de Abel Gance, Napoleón (1926), para la que preparó determinados trucos y escenas. Todavía en ese mismo año intervendría en la elaboración de los efectos oníricos de la versión muda de El negro que tenía el alma blanca (1926), de Benito Perojo.


jueves, 11 de octubre de 2012

SEGUNDO DE CHOMÓN. PIONERO DEL CINE (III)


Chomón fue llamado por Pathè en 1906 (en esos momentos el emporio cinematográfico más importante del mundo) para competir con sus hallazgos y creaciones con el mismísimo Meliès. De esta forma, Chomón tiene que trabajar con todo un arsenal de recursos técnicos, muchos de los cuales ya estaban inventados, pero que él perfeccionará o utilizará con mayor intención fílmica. Nos referimos a determinados movimientos de cámara (cuyo culmen sería el travelling en toda regla de Cabiria), el ya mencionado “paso de manivela”, el uso de la cámara cenital ( por ejemplo en Alarde equilibrista, de 1908 o en Viaje a Júpiter, de 1909), el movimiento invertido (Escultor moderno, 1908), los cachés (impresionar el negativo tapando parte del mismo, de esta forma, al quedar una parte sin impresionar, podía volverse a exponer tapando la anterior con un contra-caché y captar otra imagen que se combinara con la anterior), las tomas de diferentes proporciones colocando a los objetos o actores de tal forma y a una calculada distancia para que sean captados en diversos tamaños, las sobreimpresiones con las que se logran figuras fantasmales, los fundidos, las cortinillas, uso de maquetas, etc.

VIAJE A JÚPITER (1909)



Como señala Tharrats, Chomón  puede ser considerado el inventor de varios sistemas de cine de animación[1] , como los muñecos articulados ( El teatro de Bob, 1909), las sombras chinescas (La casa hechizada, 1906) y los films de siluetas (Las siluetas animadas, 1907), además de ser el primero en animar el barro, el hielo, los cordeles, las fotografías, los papeles, etc.

EL TEATRO ELÉCTRICO DE BOB (1909)


            Dentro de este periodo se encuentran toda una serie de películas que pueden considerarse como pequeñas obras maestras, es el caso de La gallina de los huevos de oro (1905), dirigida por Albert Capellán e interpretada por su mujer; Vida y pasión de Jesucristo (1906-7), dirigida por Lucien Nouguet, con fotografía y trucajes de Chomón, en la que destaca ya el uso del travelling; El hotel eléctrico (1908) o La leyenda del fantasma (1908), esta última completamente suya, con la que recibió el premio de la Pathè para la mejor cinta de fantasía.

EL HOTEL ELÉCTRICO (1908)


Mención aparte merece Una excursión incoherente (1909), cuyo argumento, dirección, fotografía y trucajes son obra del turolense. En ella Agustín Sánchez Vidal ha creído ver el “eslabón perdido hacia el surrealismo”, pues a su juicio Chomón “hace gala de una fantasía onírica tan desbordante, que si el vocablo hubiese sido de uso común, ese adjetivo [incoherente] debería sustituirse sin género de dudas por el de surrealista”.

UNA EXCURSIÓN INCOHERENTE (1909)


A finales de 1909, la Pathè, que ya se había hecho con los servicios de Meliès, con el que competía el turolense, lo trasladan a Barcelona para que se haga cargo de la filial establecida por Popert en 1906, con el fin de conseguir para la firma el mercado español, para lo cual se crea una nueva compañía llamada “Ibérico Film”.
En esta etapa, el público, saturado de espectáculos fantásticos, exige películas cada vez más realistas (cuyos antecedentes más inmediatos se encuentran en el “Film d’Art”), tendencia que llevará a Chomón en 1910 a ser el pionero de la adopción de zarzuelas para el cine (Los guapos, El puñado de rosas, Las carceleras,  La tempranica, etc.), a rodar múltiples melodramas (Amor gitano, La hija del guardacostas, Flema inglesa, Nobleza Aragonesa, etc.), dramas históricos (El ejemplo, Justicia del Rey don Pedro, etc), comedias y películas cómicas (La venganza del carbonero, La fecha de Pepín, Píldoras maravillosas, etc.).



[1] A este respecto véase Manuel Rotellar, Dibujo español, XXIX Festival Internacional de Cine de San Sebastián, 1981, pp. 7-12.

domingo, 7 de octubre de 2012

SEGUNDO DE CHOMÓN. PIONERO DEL CINE (II)


Segundo, Víctor, Aurelio Chomón Ruiz nació en el número 6 de la calle Chantría, de Teruel, el 17 de octubre de 1871. Hijo del médico, Isaac Chomón Gil, y de la calamochina, Luisa Ruiz Valero. Cursó estudios secundarios y trabajó como escribiente en un comercio de la capital durante un tiempo.
En 1895 se traslada a París y se casa con Julienne Alexandrine Mathieu Monloup, actriz secundaria de teatro y variedades, la cual, con el tiempo, se convertirá en su más íntima colaboradora, al ser la protagonista de muchos de sus films. En 1897 nace su único hijo, Robert, quien también habría de colaborar con su padre, primero como ayudante de cámara y más tarde como operador.
Poco después, parece que las cosas no van muy bien y Chomón se alista al ejército como voluntario y es destinado a Cuba. Tras la pérdida de las colonias es repatriado y regresa a París con su mujer y su hijo. Será su mujer quien lo introduzca profesionalmente en el taller de coloreado de películas de Meliès. El año largo que pasa en ese taller le sirve para perfeccionar sus conocimientos de fotografía, familiarizarse con los procesos de filmación, conocer las técnicas de trucaje, dominar los sistemas de coloreado de películas y diseñar mecanismos que agilicen y aceleren esos procesos de iluminación.
En la primavera de 1902, Chomón se traslada con su familia a Barcelona e instala un taller de pintado de películas, al tiempo que rueda documentales de Barcelona y Montserrat, de corridas de toros y desfiles militares, junto con algunas películas de argumento como Los guapos del parque (1905) o Se da de comer (1905), seguramente el primer sainete del cine español, y algunas de trucos como Choque de trenes (1902), en la que demuestra su habilidad en el uso de maquetas, Pulgarcito (1903), Gulliver (1904), en las que trabaja el truco de las sobreimpresiones para conseguir que en un mismo plano aparezcan gigantes y enanos, y Eclipse de sol (1905), en la que rodando fotograma a fotograma (el famoso paso de manivela) reduce el fenómeno del eclipse, que dura varias horas, a un par de minutos, iniciando de esta forma el punto de partida de un cine experimental y científico al acoplar la cámara y los filtros al telescopio del observatorio de los padres jesuitas de Tortosa.


martes, 2 de octubre de 2012

SEGUNDO DE CHOMÓN. PIONERO DEL CINE (I)

DE ESTUDIOS Y ESTUDIOSOS

En la actualidad, el nombre de Segundo de Chomón (Teruel, 1871 - París, 1929) es considerado como uno de los más importantes de entre los pioneros del cine (de él se ha dicho que es el “Meliès español”, afirmación que debe ser matizada, pues a diferencia del mago francés, los trucos y soluciones que el turolense aplica en sus películas tuvieron siempre una intencionalidad cinematográfica, como en su momento veremos); sin embargo, hasta 1971, fecha  del centenario de su nacimiento, nadie se había ocupado sistemáticamente de su persona y producción cinematográfica, salvo honrosas y esporádicas menciones (en especial las del aragonés Manuel Rotellar), casi siempre producidas tangencialmente al tratar de otros cineastas con los que colaboró.
Será en el festival de Annecy cuando le rindan homenaje y poco después, el 18 de diciembre, se haga lo propio en su ciudad natal tal y como se recoge en el periódico Lucha de la siguiente manera: “Desde el Ayuntamiento, autoridades y representaciones de Madrid y Zaragoza, se trasladaron a la calle Chantría en cuyo número 6 se descubrió la lápida conmemorativa. El alcalde, don Cosme Gómez Iranzo, leyó unas cuartillas que acaban así: ‘En esta fecha conmemorativa del primer centenario del nacimiento de Segundo de Chomón, Teruel, juntamente con el Círculo de Escritores Cinematográficos, la Filmoteca Nacional, el Sindicato Nacional del Espectáculo y los críticos de Zaragoza y Madrid que nos acompañan, rinden homenaje a su memoria perpetuando su nombre en una lápida que recuerda a todos la gloria de este turolense genial’ La actriz y directora Ana Mariscal descubrió la lápida. En el cine Marín, a las ocho, se celebró la segunda parte del homenaje. La sesión se abrió con un amplio fragmento de Cabiria. Luego hablaron Pascual Cebollada, artífice entusiasta de esta velada en honor de su paisano, José Francisco Aranda y Manuel Rotellar. Intervinieron también desde el escenario el director de fotografía José F. Aguayo, Manuel Gil Parrondo y Antonio Mateos, Ana Mariscal y Jesús Tordesillas. Estaban también otros llegados de Madrid y Zaragoza: Tadeo Villalba y los periodistas y críticos Gómez Mesa, Capilla, Pedro Rodrigo, Ortega Frisón y Medrano. Por último, se proyectó una antología de películas dirigidas por Chomón, entre ellas El hotel eléctrico.
Un año después, Carlos Fernández Cuenca publicaba su trabajo, Segundo de Chomón (Maestro de la fantasía y de la técnica) (Madrid, Editora Nacional, 1972), es la primera aproximación a su biografía y a su obra, que se vería ampliada en 1986 por la breve pero sentida panorámica de Pascual Cebollada, Segundo de Chomón (Teruel, Instituto de Estudios Turolenses)
En 1979, Juan-Gabriel Tharrats realizó una película de reconstrucción histórica, Cinematógrafo 1900: Homenaje a Segundo de Chomón, mezcla de documental y ficción, presentada por Inma de Santis y Jesús Guzmán, en la que se engarzan toda una serie de fragmentos de los mejores filmes del turolense, así como testimonios en pantalla de expertos en cine como Ana Mariscal, José F. Aranda, José del Castillo, Pascual Cebollada, Luis Gómez Mesa y Román Gubern. Como complemento a esta película, Tharrats publica su libro Los 500 films de Segundo de Chomón (Zaragoza, Universidad, 1988), que supone un antes y un después en los estudios sobre el turolense, y cuyos exhaustivos datos se verán complementados dos años después con las nuevas aportaciones que se incluyen en su obra, Inolvidable Chomón (Murcia, Filmoteca Regional, 1990)
Los reconocimientos a Chomón se han ido sucediendo en las últimas décadas mediante retrospectivas y homenajes, tanto a nivel internacional –Ottawa, 1978; Annecy y Pordenone, 1985- como nacionales (Barcelona, 1988; Valencia, 1989 y Murcia, 1990), y en algunos casos se han visto acompañados de nuevos estudios sobre su obra cinematográfica, es el caso de Annecy con In search of Segundo de Chomón / A la recherche de Segundo de Chomón (Les Editions du Lac, Annecy, 1985), hasta la fecha el único trabajo editado en el extranjero sobre el turolense, obra de la responsable de la sección de animación de la Cinemathèque Quebecoise de Canada, Louise Beaudet, o de Murcia, con el ya citado, Inolvidable Chomón.
Junto con los mencionados estudios de Tharrats, la aportación más completa es el libro de Agustín Sánchez Vidal, El cine de Chomón (Zaragoza, CAI, 1992), un sistemático recorrido por la biografía del cineasta, acompañado de un profundo estudio de su obra fílmica que incluye docenas de resúmenes de argumentos y esenciales explicaciones de los recursos y elementos técnicos que demuestran a las claras los numerosos y sorprendentes descubrimientos de Chomón y sus aportaciones fundamentales al lenguaje cinematográfico mundial. Siguiendo esta estela cabe destacar el artículo de Francisco Javier Millán, “La imagen como sentido”, publicado en la revista de cine, Cabiria (Teruel, núm. 1), en el que se ejemplifican las aportaciones al lenguaje cinematográfico debidas a Chomón presentes en Cabiria (1913-1914), de Giovanni Pastrone,  a este trabajo le seguirán otros prácticamente en todos los números de la citada revista editados hasta la fecha, por lo que su consulta se hace obligada para todos aquellos que quieran profundizar en la biografía del cineasta turolense (Ver  CABIRIA). 
En los últimos años, sus películas han sido objeto de diferentes recuperaciones con más o menos éxito, entre las que cabe destacar la realizada por la Filmoteca de Cataluña/ICIC, Segundo de Chomón 1903-1912. El cine de la fantasía, producida por Cameo en 2010.
Os dejamos con la recreación musical de Jordi Sabater de la película de Chomón Le spctre rouge (El espectro rojo).