CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

sábado, 22 de junio de 2013

MINGOTE. UN GENIO DEL SIGLO XX... Y DEL XXI

MINGOTE PINTOR (II)

Uno de sus pintores preferidos fue Velázquez. Aquí dejo algunas de sus reinterpretaciones más interesantes del que quizá fue su cuadro preferido, Las meninas (1656) en el que se inspiró no sólo para muchas de sus viñetas y cuadros, sino también para varios de sus cuentos.




Goya fue también otro de sus referentes preferidos. Aquí algunos de sus cuadros homenaje al maestro de maestros.

La pradera de San Isidro (1788)







sábado, 15 de junio de 2013

MINGOTE UN GENIO DEL SIGLO XX... Y DEL XXI

MINGOTE PINTOR (I)

A Mingote siempre le gustó pintar, pero nunca se consideró pintor; sin embargo, muchos de sus cuadros son grandes homenajes a la PINTURA, o mejor dicho, a sus pintores preferidos, a los grandes pintores de la historia. Aquí dejo algunos de sus cuadros, particulares interpretaciones de otras tantas obras maestras de la pintura universal. Aquí algunas de sus pinturas con las de sus queridos maestros.

RUBENS 
CERES Y NINFAS (aprox. 1640)



EL JUICIO DE PARIS (1639)



TIZIANO: EL RAPTO DE EUROPA (1560)
PICASSO

BOTERO


EL GRECO

EL CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO  
(aprox. 1580)



lunes, 10 de junio de 2013

MINGOTE. UN GENIO DEL SIGLO XX... Y DEL XXI


                                      Los revólveres hablan de sus cosas (1953)
En el año 1953, por encargo de Joaquín Calvo Sotelo para la popular colección “La Novela del Sábado”  –en la que ya habían publicado nombres tan prestigiosos de las letras hispanas como Pemán, Jardiel, Baroja, Cela, Laforet, Delibes, Matute, Miró, Tono, y un largo etcétera-, Mingote publicó Los revólveres hablan de sus cosas, una parodia –anticipada ya en el título- salpimentada de toques codornicescos de las novelas y películas del Oeste. Según sus declaraciones, la escribió en el bohemio café Varela, “para jugar”. Se trata pues de un divertimento literario escrito con sencillez, una caricatura desopilante del género cándida y naif, un auténtico homenaje al western que triunfaba en las pantallas del cine y en las novelas de Zane Grey o de Marcial Lafuente Estefanía. Todos sus lugares comunes se encuentran en la novelita: el forastero, el saloon, el barman, la chica, la mina de oro, los indios, el pianista, los duelos, etc. Pero todos ellos son desmitificados, parodiados, vistos desde la óptica y el humor absurdo de los hermanos Marx o del mismísimo Goscini – el primer título de Lucky Luke apareció en el año 1946-. Así, Tom Risco es el Sheriff de Morsua City por ser el único que tiene chaleco para colgarle la estrella, un Sheriff que “instalado en la antesala de la cárcel, se había aplicado con tanto entusiasmo a la lectura de los periódicos, que en pocos años aprendió a leer”, hasta el punto de que “fruto de su esfuerzo en el cumplimiento del deber fue la inmensa cultura que llegó a adquirir en pocos años.”. De igual forma, encontramos la figura del vice-matón o “un piel roja, convertido en piel-verde por obra del mareo”, que terminará cayéndose del caballo y matándose en el acto, etc.
Portada de Mingote para la revista Boy. 1955.

jueves, 6 de junio de 2013

MINGOTE. UN GENIO DEL SIGLO XX... Y DEL XXI


EN EL CINE Y LA TELEVISIÓN
Con José Luis Dibildos

Los trabajos de Mingote para el cine tuvieron lugar dentro de la productora de José Luis Dibildos, Agata Films. En los primeros años setenta, Mingote escribió guiones sobre temas de actualidad relativamente escabrosos: la emigración, embarazos no deseados, aborto, divorcio, etc., como anticipaban los títulos de las películas, Soltera y madre en la vida (Javier Aguirre, 1969), Españolas en París (Roberto Bodegas, 1970), Hasta que el matrimonio nos separe, (Pedro Lazaga, 1976), etc., pero con un tratamiento formal en modo alguno arriesgado, participando de esta manera en lo que se dio en llamar la “tercera vía” del cine español, que pretendía alejarse de lo comercial al uso, pero que, en modo alguno quería ser de autor y ni mucho menos contestatario. Estas películas iban dirigidas a una clase social media-alta, con determinadas inquietudes culturales que no se identificaban con lo folclórico y que al final derivaron en un cine claramente conservador.
            Suyo es también el guión del film de Lazaga, Vota Gundisalvo (1977), basada en su popular personaje, parodia del político veleta y aprovechado.

            Parece ser que incluso llegó a dirigir su propia película, rodada en súper 8 en Marbella, “La vuelta al mundo en ochenta espías”.
Como Hitchcock, Mingote siempre tuvo apariciones fugaces en todas las películas escritas por él, así como también interpretó pequeños papeles en films como La colmena (Mario Camus, 1987), A la pálida luz de la luna (José Mª González Sinde, 1985) y Suéltate el pelo (Manuel Summers, 1988).
En ocasiones dibujó los títulos de crédito de películas como Don José, Pepe y Pepito (Clemente Pamplona, 1959), El arte de no casarse (José Mª Font y Jorge Feliu, 1966), Cuarenta grados a la sombra (Mariano Ozores, 1967) y Madrid, Costa Fleming (José Mª Forqué, 1975). En esta línea, hay que destacar sus dibujos en los cortometrajes Lección de arte (Antonio Mercero, 1961), y Mingote (Juan Ignacio de Blas, 1960)

            Para televisión escribió el guión de la popular serie dirigida por Antonio Mercero y protagonizada por José Luis López Vázquez, Este señor de negro, paradigma del “humor negro” tan típicamente español.

lunes, 3 de junio de 2013

MINGOTE. UN GENIO DEL SIGLO XX... Y DEL XXI


HUMORISTA GRÁFICO

Como humorista gráfico, Mingote vio compendiada su obra en abundantes antologías editadas por Prensa Española desde 1956 hasta 1970. Más tarde, bajo el sello Myr hasta 1978. Otros como PPC, El Jueves, Afanias, Edaf o la Fundación General de la Universidad de Alcalá han publicado antologías con dibujos suyos durante los años ochenta y noventa. Finalmente, Ediciones B recogió desde 2006 parte de su obra en una colección de libros titulada A. Mingote ( Señoras y señoritas, Ricos y pobres, El toro y el balón, Justos e injustos, El pueblo y La ciudad). Su obra es ingente, imposible de estudiar en un trabajo como el presente, por eso tan sólo nos detendremos en aquellos hitos a nuestro juicio más destacados de su labor como humorista.
En líneas generales, los estudiosos de su obra distinguen  en ella tres épocas: de 1945 a 1960, su etapa en La Codorniz; de 1960 a 1980, su grafismo se hace más depurado y estilizado; de 1980 hasta el final, en la que predomina una marcada tendencia al cubismo. De alguna manera, por su longevidad vital y profesional, se le puede considerar como el eslabón de enganche entre los humoristas de la primera mitad del siglo XX –Xauradó, K-Hito, Tono, Mihura, Gila, entre otros- con los actuales –Forges, Gallego y Rey, El Roto, Peridis, etc.-, convirtiéndose así en una figura central, esencial para entender el humorismo gráfico español del siglo XX y principios del XXI.
Junto al Mingote fedatario de la realidad más próxima e inmediata, política o social (quizá su libro más significativo a este aspecto de su producción sea Desarrollándonos,1974), nos encontramos a un Mingote metafísico, que reflexiona sobre la condición humana en sus diferentes aspectos en obras como Historia de la gente (1955), una visión de la estupidez humana históricamente documentada, o Historia del traje (1963), donde analiza la evolución de la vestimenta y los apuros del hombre y la mujer para tapar su desnudez desde nuestros primeros padres, pero su libro más profundo y personal es Hombre solo (1970), una obra absolutamente genial en la que presenta la radical soledad del hombre con ironía, sarcasmo y grandes dosis de ternura. El mismo la reconoció como su “favorita. Lo que no significa que sea la mejor. Pero quien sabe eso. De cualquier modo estos son los dibujos por los que, si alguien tiene la ocurrencia de ocuparse de ellos, prefiero ser juzgado.”