CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

sábado, 5 de mayo de 2018

DOMINGO GASCÓN Y GUIMBAO EN ANÉCDOTAS (I)




DE SU PADRE Y DE SU ABUELO

Abuelo: Domingo Gascón Puerto

Domingo Gascón y Guimbao desciende de una familia ilustrada turolense por los cuatro costados. Tanto por parte de madre como de padre tuvo ascendentes con estudios. Centrándonos en su abuelo paterno, Domingo Gascón Puerto, fue un reconocido farmacéutico y botánico natural de Ejulve, cuya farmacia, archivo personal y herbario fueron quemados en la guerra de la Independencia por ser un declarado defensor de España.

Padre: José Gascón de Allúe

Su padre, José Gascón de Allúe, fue un reputado barbero y cirujano nacido en Escatrón, aunque en el esbozo de su biografía realizada por su hijo y publicada en su Miscelánea turolense, dijera que había nacido en Ejulve, por aquello de incluirlo en las personalidades de nuestra provincia, pecado venial tan disculpable como innecesario, pues el amor por su tierra de su progenitor, sobradamente demostrado en numerosas ocasiones, lo redime de ese hecho circunstancial y ajeno a su voluntad y lo convierte, como luego veremos, en un turolense de corazón, que es mucho más importante.

Hasta el siglo XIX, las profesiones de barbero y cirujano en muchas ocasiones confluían en la misma persona, así igual cortaban la barba y el pelo, que hacían sangrías, extraían muelas, blanqueaban los dientes con aguafuerte, sajaban granos o amputaban miembros. Este extraño mestizaje de oficios surgió por las disputas de los gremios de cirujanos y barberos: los primeros eran profesionales con estudios y como era natural cobraban mucho más por sus servicios; sin embargo, los barberos eran más solicitados por la variedad de servicios que prestaban y además resultaban más económicos, de manera que para el pueblo eran más accesibles y en muchos casos también se hicieron con la confianza de nobles.  De hecho, cuando los cirujanos-barberos dejaron de ser ambulantes y se establecieron en un local, adoptaron como distintivo de su profesión para colocar en sus puertas un cartel con una mano levantada de la que chorreaba sangre que caía a la sangradera. Con el tiempo, el realismo de lo representado evolucionó hacia un cilindro en el que sobre el rojo del fondo se ataban trozos de venda blancas, para, finalmente fijar sobre sus fachadas un poste blanco y rojo, que era más discreto  y atemorizaba menos a los clientes.

José Gascón de Allúe, que ejerció la profesión durante treinta años en Albarracín, Mora de Rubielos, Aliaga, Camarillas, Calanda y Alcañiz. Alcanzó un importante prestigio como dentista, especializado en higiene bucal,  hasta el punto de ser propuesto para dentista por la misma reina Isabel II, se lo quiso llevar a la corte como médico de cámara, cargo que el padre de Domingo Gascón no aceptó, quizá por ser republicano y, sobre todo, por no abandonar su provincia.

Escribió numerosos artículos en prestigiosas revistas médicas y de cirugía y un libro titulado Higiene alimentaria y más tarde un folleto sobre la Pústula maligna.

CONTINUARÁ...

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